viernes, 23 de septiembre de 2011

Maneki-NekoEl gato de la foto, una simple decoración que el culichi promedio llama gato de feng shui, o al menos ahora que lo tengo cerca he notado que le dicen así, pero aquí el disque-feng shui que hay es un revoltijo de todo con todo desde gatos hasta la virgen de Guadalupe pasando por todos los amuletos que se puedan imaginar... del nabo.


Estos gatos son una artesanía (aunque los de plástico no son muy artesanales que digamos, pero ustedes me entienden) japonesa que representa a un gato llamando, no saludando, pues en Japón no se solia saludar así, esa es una interpretación desde el punto de vista de nosotros los gaijin occidentales, y que en Japón se suelen poner en la entrada de los negocios para que “inviten” a los clientes a entrar con su pata izquierda levantada y sosteniendo una moneda Koban en la otra pata, y esto tiene razón de ser pues estas monedas estuvieron en uso en Japón durante el periodo Edo por ahí del siglo XVII.


El nombre Maneki-neko viene del japones donde neko es gato y maneki viene del verbo maneku y significa algo así como invitar a entrar así que la traducción entera sería gato que invita a entrar.


Y ahora copio y pego descaradamente una leyenda sobre el origen de esta figura, que según narra un hecho ocurrido en el siglo XVII.


Durante el siglo XVII, en la era Edo, en la época de los señores feudales, existía en Tokio un templo que había conocido días mejores y que tenía serios problemas económicos y estaba semi-destruido. El sacerdote del templo era muy pobre, pero aun así, compartía la escasa comida que tenía con su gata, Tama.


Un día, un señor feudal, un hombre de gran fortuna e importancia llamado Naotaka II ((????)) fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba y se refugió bajo un gran árbol que se encontraba cerca del templo. Mientras esperaba a que amainara la tormenta, el hombre vio que una gata de color blanco, negro y marrón, le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. Tal fue su asombro que dejó el refugio que le ofrecía el árbol y se acercó para ver de cerca a tan singular gata. En ese momento, un rayo cayó sobre el árbol que le había dado cobijo.


A consecuencia de ello, el hombre rico se hizo amigo del pobre sacerdote, financió las reparaciones del templo y éste prosperó, con lo que el sacerdote y su gato nunca volvieron a pasar hambre.


Tras su muerte, Tama recibió un solemne y cariñoso entierro en el cementerio para gatos del Templo Goutokuji, y se creó el Maneki Neko en su honor.



PD: El pokemon meowth también tiene una moneda koban, miren su frente.

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