martes, 2 de septiembre de 2008

"Felices... los que nada esperan, pues nunca serán defraudados."


Así es señoras y señores. Expectativas. Hay una serie de factores que pueden hacer que en exactamente las mismas circunstancias dos personas reaccionen de forma bastante diferente y hasta impredecible. Las expectativas, junto con la ignorancia y el optimismo-pesimismo pueden contribuir a la felicidad o falta de esta en las personas.


Hay expectativas básicamente de dos tipos, fundadas e infundadas. Las primeras son generadas por alguien y si no se cumplen puedes intentar hacer rodar una cabeza para sentirte bien de nuevo. Las segundas son resultado de una combinación de desconocimiento real mezclado con humo autogenerado quien sabe como.


Muchas veces la gente -sobre todo las mujeres por lo que he notado- no se decepciona de los hechos en si, lo que los decepciona es no ver cumplidas sus expectativas... que igual eran sueños guajiros nada más.


Por ejemplo, el HYPE. Cuando algo como un disco, una película, un videojuego, un libro, etc... en el mundo del entretenimiento el hype es común -especialmente desde que los fanboys se reproducen como conejos y usan el hype como municiones de sus armas- y puede causar dos resultados posibles para el objeto de ese hype. En el mejor de los casos cumple con las expectativas y todos contentos, en cualquier otro caso si no cumple ese hype se vuelve en su contra y se vuelve un notable ejemplo de como no se deben hacer las cosas y objetivo de repudio publico... incluso si en realidad era algo bueno a secas que sin el Hype no habría sufrido tanto. Es el precio de la decepcionar al respetable publico.


El Hype es un ejemplo de expectativas justificadas, pues fue causado por alguien. En cambio hay expectativas individuales basadas en gustos e ideas de la mente enferma y retorcida de un o unos individuos en particular, que esperan cosas que no se apegan a la realidad y entonces la decepción resultante no es tanto culpa del "objeto de decepción" como de su cabecita llena de humo. Por ejemplo, la semana pasada estaba viendo a un tipo que decía que CC:FF VII era un truño porque no era un JRPG clásico y que no le gustaba el diseño de personajes cuando el diseño es igual a lo visto en la película advent children y desde las primeras demos se sabia que era un Action RPG. Esta bien, no es un juego perfecto al que todos le den un 10, pero de eso a decir que es malo... en realidad era la decepción tomando control de un cuerpo para expresarse y nada más.


Las decepciones comúnmente vienen de cosas que llevan el mismo nombre de algo anterior con éxito, o de algo que es del mismo autor que el éxito anterior. El nombre pesa mucho.


En otros ámbitos el nombre también pesa, por ejemplo en los deportes. Uno mira el nombre de cierto jugador, un club o la alineación de un equipo y en base a eso se hace expectativas que pueden convertir un resultado en rutina predecible, sorpresa o fracaso.


¿Ir por la vida sin expectativas será lo más sabio entonces? La respuesta no me queda clara, no me parece tan sencillo porque las expectativas son una forma de control de calidad. Así admites solo cosas que cumplen con un mínimo establecido y no basura.


El punto esta en como hacer compatibles las expectativas personales que dependen de los gustos de uno, con la realidad de lo que es logico esperar y no decepcionarse de todo sistematicamente y hecharle la culpa al mundo de mis ideas erróneas, y claro, también saber medir como expresar mis expectativas y opiniones de manera clara y no tirando pestes fanboyescas y trolladas.


Bueno, mis cinco lectores, ya me exprese poniendo en orden un pensamiento nebuloso que cargaba y he llegado a mi conclusión personal. Espero haber cumplido sus expectativas, y si no... denme otra oportunidad en la próxima entrada.

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